Las historias en torno a la figura de la Virgen del Carmen son puramente religiosas y los escritos llevan el origen de esta celebración hasta Israel, concretamente hasta el Monte Carmelo (‘Karmel’, que significa jardín).
En vista de una fuerte sequía, cuentan las escrituras, que el profeta Elías prometió a Dios que el rey Ajaab y el pueblo abandonarían al dios Baal para que aquel terminara con la sequía y al Monte Carmelo subió en varias ocasiones para ver si su promesa surtía efecto.
Fue a la séptima vez que allí vio «una nubecita no más grande que la palma de la mano», poniendo así el inicio de una historia que se conmemora hasta día de hoy. El caso es que, con esta vinculación con Elías, muchos creyentes se fueron al Monte Carmelo para venerar el lugar y allí fue donde nació la Orden de los Carmelitas.
Allá por el siglo XIII, el superior general de los Padres Carmelitas del convento de Cambridge, San Simón Stock, vio cómo se le aparecía la Virgen del Carmen, con un escapulario que daba el paso al cielo a quien lo portara al morir: la Virgen prometió al superior que todo el que muriera con su escapulario jamás iría al infierno. Todo esto habría ocurrido un 16 de julio de 1251: «Este debe ser un signo y privilegio para ti y para todos los Carmelitas: quien muera usando el escapulario no sufrirá el fuego eterno».
Fue el propio superior San Simón Stock el que llamó a la Virgen ‘Stella Maris’, «estrella de los mares», lo que propició que el colectivo de marineros se encomendara a esta Virgen. No es de extrañar, pues, que se convirtiera en patrona de los marineros, pero años después, en 1901, también oficialmente en patrona de la Marina de guerra española y del resto de navegantes del mar. No obstante, el primer uso fiable del concepto de ‘Stella Maris’ viene de los escritos de Pascasio Radbertus, en el siglo IX, cuando describía a la Virgen como una guía para seguir en el camino hacia Cristo y «no zozobrar en medio de la tormenta que alza olas en el mar».
También en el siglo XIII, el Patriarca Latino de Jerusalén, delegado papal en Tierra Santa, les pidió a los ermitaños del Monte Carmelo que ordenaran su estilo de vida, lo cual se concretó gracias a los Papas Honorio III e Inocencio IV. De esta manera, nació la orden religiosa de los Padres Carmelitas, que se extendió por el mundo tanto en su rama masculina como femenina.
La devoción mariana hacia la Virgen del Carmen se extendió a muchos países de Europa, entre ellos España, donde más arraigada se encuentra esta advocación. Es por ello que, muchas localidades españolas de la costa celebran cada 16 de julio fiestas en honor a su patrona, la Virgen del Carmen.
Carmen bolichera
La devoción a Ntra. Sra. del Carmen en Los Boliches, aunque no hay indicios o documentos anteriores, podemos manifestar que se remonta como mínimo al año 1865, cuando ya existe la primera iglesia de la barriada y que se dedicó a la advocación de la Virgen del Carmen, siendo la misma costeada por el primer Marqués de Larios, Martín Larios, además de una suscripción popular.
Cuando en 1931 se produjeron quemas de iglesias e imágenes en España, también en este pueblo ocurrieron hechos similares. Un vecino de Los Boliches (Frasquito “El Verruga”) consiguió salvar del fuego la imagen de la Virgen del Carmen, asumiendo el riesgo que ello suponía para su persona. Luego la escondió en la alacena de la casa de una vecina y allí, a puerta cerrada, se celebraban las novenas en honor de la Virgen.
Cinco años después, en 1936, esta imagen del Carmen fue destruida junto con la de la Virgen de Los Dolores. Por esas fechas, otro vecino, Francisco Rodríguez, encontró la imagen que actualmente se venera en la Parroquia de Los Boliches, manteniéndola oculta hasta febrero de 1938, fecha en la que las tropas franquistas ocuparon Fuengirola. Fue por entonces cuando su familia contactó con la maestra que había en el pueblo (Dña. Gertrudis Jordán García), con la finalidad de poder restaurar y vestir la citada imagen.
Debido a la escasez de medios económicos, para poder realizar tal arreglo, la maestra expuso a las madres de sus alumnas el problema, y acordaron poner unas cestas al paso de los pescadores con el fin de conseguir los fondos necesarios para realizar la reparación. Con lo poco que podían aportar los vecinos de aquella época (donativos de céntimos o algún real), se consiguió restaurar la imagen de la Virgen, que fue trasladada (por Dña. Gertrudis Jordán y Dña. Carmen Calleja) a la ermita de Los Boliches. Allí presidió el altar Mayor. Tras la edificación de la nueva Iglesia, la mencionada imagen pasó al lugar donde hoy se encuentra. Este cambio creó, en su momento, un cierto malestar entre los fieles, sin embargo, comprenderían, más tarde, que con la nueva ubicación disfrutaban de la ventaja de tener más cerca a su Virgen del Carmen.
La talla de la Virgen del Carmen, según opinión de algunos restauradores, puede datar de finales del S.XVIII o principios del XIX. El Niño Jesús, que forma conjunto con esta imagen, es probable que sea más antiguo (principios del S. XVIII).
Las manos de la Virgen fueron restauradas en Sevilla, entre los años 1962-1963, por orden del párroco D. Rafael Sánchez Flores.
En 1988 volvió a repararse la imagen, concretamente la boca y los ojos, esta vez en Málaga, en el taller de D.David A. Gutiérrez Vila. Un año más tarde, el que se reparó fue el Niño Jesús.
En julio de 2002 se bendijo el camarín situado en el baptisterio de la Parroquia. Hasta esa fecha, la Virgen del Carmen recibía culto sobre una mesa, con un marco dorado como dosel. El camarín estaba labrado en madera de caoba e incluía detalles en metal plateado, realizados en los talleres de Cristóbal Angulo.
En el año 2006, se decidió realizar un Guión, que representase a la Hermandad, bordado en hilo de oro. El taller de Salvador Oliver fue el encargado de confeccionarlo. Se estrenaría al año siguiente, pero no sería hasta el año 2010 cuando quedó totalmente acabado.
En 2008, se llevó a cabo, en las mismas dependencias de la Parroquia, una restauración de la imagen de la Virgen del Carmen y del Niño Jesús, a cargo de la comisión diocesana Asesora para el Patrimonio Histórico Artístico de la Diócesis de Málaga. La imagen fue devuelta al culto para su anual Novena, que contó con un besamanos extraordinario con motivo de los LXX años de la llegada a su barrio.
En octubre de ese mismo año, la Armada Española realizó una visita a la imagen en su capilla, con motivo de la “Semana de la Armada”, celebrada en Fuengirola.
En 2015 se encargó la restauración tanto de la imagen de la Virgen como la del Niño a Quibla Restaura. Se hizo un estudio exhaustivo previo para conocer el sistema constructivo interno, así como el estado estructural de las imágenes. En dicho estudio se pudo discernir qué partes fueron incorporadas en diferentes momentos de su historia material.